Un poco de historia
Nuestra aventura actual comenzó con esta foto que tomó Ana Pau cuando fue a Porto en enero del 2018:
El comentario a pie de foto en el chat familiar decía:
"Aquí veo perfectamente a Papi con su cervecita o vinito sufriendo a gusto."
Ya Portugal nos había llamado la atención, en Hong Kong conocimos a varias personas que tienen lazos estrechos con este país, y también porque aparece con frecuencia en las listas de los mejores países para vivir la jubilación. Motivados por la recomendación de Ana Pau, decidimos que bien valdría la pena ir a conocer Portugal, y organizamos nuestro viaje para agosto del 2018.
El plan era pasar dos semanas recorriendo el país, explorando las diferentes regiones, para ver si la apreciación de Ana Pau era correcta y Portugal pudiera ser una opción para cuando terminara nuestra etapa en Hong Kong.
Decidimos comenzar en Porto, donde pasamos cinco días, para luego ir puebleando con calma en dirección sur.
Durante nuestra estancia en Porto fuimos de excursión a unas cascadas que se encuentran en la sierra de Arga; Rui, nuestro guía, nos llevó a pasear por varios lugares de la zona norte y nos encantó lo que vimos: montañas, ríos por todos lados, casas de piedra y teja, el océano Atlántico...
Llegando a Lisboa decidimos que, aunque muchos de los lugares que habíamos visto eran preciosos, el área que más nos gustaba era el norte. Por ese motivo decidimos volver hacia allá, explorar más y también ¿por qué no? ver una que otra casa que estuviera a la venta, simplemente para ver cómo eran las casas portuguesas.
A partir de ese momento todo fue una serie de diosidencias (como les dice una amiga): a través de fb contactamos a una chica portuguesa-estadounidense que tiene un restaurante en Caminha y nos dio muchísima información acerca de la zona. Con la suerte, además, que ella acababa de comprar una casa y nos podía describir ventajas y desventajas de los inmuebles disponibles. También la dueña del Airbnb en el que nos estábamos quedando nos dio consejos y nos compartió su experiencia del área. Sucedió que de todas las casas que vimos anunciadas que se veían más o menos y estaban en nuestro presupuesto solamente había una que se podía visitar... y ¡nos enamoramos del pueblo y de la casa!
Regresamos a Hong Kong y pasamos una semana dando vueltas, pensando si debíamos comprar la casa, o si era una locura absoluta. Teníamos dudas respecto al estado de la casa, si estaba en precio, hasta dónde se podría negociar, cuáles serían las ventajas y desventajas de comprar una casa tan lejos, ya que nuestros planes eran dejar Asia hacia abril o mayo del 2021. En fin, mil y una cosas nos daban vuelta por la cabeza.
Finalmente decidimos echarnos el volado, y a principios de noviembre estábamos de regreso en Portugal para firmar las escrituras. No sólo adquirimos una casa (que por cierto estaba amueblada, lo que nos ahorró muchos dolores de cabeza) sino también unos amigos excelentes: Fernando y Rosa, los dueños anteriores de la casa, son una pareja extraordinaria. Con decirles que el día que nos entregaron la casa, sabiendo que veníamos de lejos, dejaron una de las camas tendida, toallas en el baño, fruta, pan, mermelada y café para nuestro primer desayuno y seis botellas de vino para que brindáramos.
Me sentí un poco como cuando llegas a la casa de fin de semana, con lo básico para la vida diaria, dejándote en libertad para disfrutar de tu estancia. Y eso fue lo que hicimos esa primera semana que pasamos en la nueva casa. Bueno, también reacomodamos algunos de los muebles, probamos la chimenea y nos fuimos a explorar a lo largo de la costa atlántica y del río Minho.
Cuando a finales del 2019 Hong Kong Airlines comenzó a tener dificultades financieras, y después, cuando paró la aviación debido a la pandemia, nos ayudó mucho saber que teníamos ya la casa en Portugal, y que lo peor que podía suceder era que tuviéramos que adelantar nuestros planes de dejar Hong Kong, como de hecho sucedió.
Lo que sí es que Ana Pau se equivocó por unos cien kilómteros, que es la distancia que hay entre Matosinhos, donde tomó la foto, y Caminha.
El lugar se ve muy tranquilo con un aire puro delicioso. Felicidades por esta nueva etapa que comienzan.
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