Café Sogra

El 15 de enero el gobierno de Portugal declaró el estado de emergencia por el incremento en la cantidad de casos de Covid-19 en el país. Desde ese día sólo está permitido salir de casa para ir a comprar alimentos, asisitir a una cita médica, o realizar algún trámite ya agendado con anterioridad. Los restaurantes sólo funcionan en la modalidad de comida para llevar, debiendo hacer el pedido por adelantado. 

"Nuestra vida social es como la Coca-Cola: primero fue normal, luego era light, sin cafeína, y ahora es zero"

 

También puedes sacar a pasear al perro o salir a caminar cerca de tu casa, pero está prohibido ir más lejos para hacer ejercicio. Tampoco está permitido utilizar las ecovías, los malecones o los paseos junto a los ríos, y están cerrados todos los negocios considerados no esenciales como tiendas de ropa, mercerías, zapaterías, mueblerías, salones de belleza, cabelereiros (peluquerías)... 

La verdad estas primeras seis semanas se me han pasado de volada. Durante el primer mes el clima estuvo lluvioso y frío por lo que no nos daban muchas ganas de salir.  Una buena parte de ese tiempo lo pasé acomodada en el sofá con un libro en la mano y una taza de té o café al lado, aunque también interrumpía la lectura para experimentar recetas de cocina diferentes, armar el rompecabezas que me regalaron de cumpleaños, o tejer una gorra para protegerme del viento helado.Ulises y yo hacíamos la broma si no era posible hibernar como los osos para despertar cuando hiciera calor nuevamente y hubiera terminado el confinamiento.

Pero ahora que van aumentando los días soleados y tibios ya extrañamos estar sentados en uno de los muchos cafecitos que hay en la zona, disfrutando de una meia de leite mientras platicamos y vemos pasar a la gente. En otros momentos guardamos silencio y leemos el periódico o el libro en curso. (Debo confesar que hay veces que leo dos o tres al mismo tiempo, por ejemplo una novela ligera combinada con algo más serio, dependiendo del humor y de la hora del día, así que debo decidir cuál llevo conmigo. Y el periódico nos dura varios días porque aún hay mucho vocabulario nuevo por lo que tenemos que interrumpir la lectura para buscar la traducción.)

De los muchos cafecitos, el café Sogra es uno de nuestros lugares favoritos para tomar una meia de leite, platicar, leer o hacer una videollamada con alguno de nuestros hijos. Se encuentra junto a la Praia Fluvial da Lenta en las afueras de Vila Nova de Cerveira (enlace al mapa), por donde también pasa la Ecovía del Río Minho.

Una de las razones por la que nos encanta el lugar es porque tiene una enorme terraza junto al río. Es una delicia estar ahí sentados en días soleados y ver pasar las aguas del río, con las gaviotas que se mecen en la olas, interrumpidas por una que otra lancha o velero.

Cuando el clima lo permite, aprovechamos la ecovía para hacer el ejercicio del día, caminando por más o menos una hora a la orilla del Minho antes de sentarnos a tomar nuestro bien merecido cafecito.

Regresando al tema de la lectura: me ha pasado que estoy tan interesada en el libro que estoy leyendo que llego a ignorar lo que hay a mi alrededor (pregúntele a Ulises, jeje). Pero se me hace imposible sumergirme en una realidad alterna cuando la luz del sol brilla y se refleja en las aguas del Minho. 

En el invierno, el frío y la lluvia obligan a refugiarse dentro del café pero gracias a los grandes ventanales del local seguimos teniendo la sensación de estar sentados en esa terraza que tanto disfrutamos. Nuestro rincón favorito es una esquina muy acogedora amueblada con un sofá, dos sillones y un pequeño calentador de pellets; si tenemos suerte está desocupado cuando llegamos, haciéndonos sentir casi como en casa.

 

Pero por ahora no nos queda mas que recordar y esperar; parece que el confinamiento será extendido hasta después de Semana Santa, o incluso hasta mediados de abril.