Los sargaceiros de Moledo

A la entrada de Moledo, población vecina a Caminha, está colocada la estatua que ven en la fotografía a la izquierda. En un principio pensé que se trataba de un pescador, aunque se me hacía un poco rara la canasta que lleva sobre el hombro.

Hace algunas semanas me acerqué para fotografiarla y descubrí que representa a un sargaceiro, una figura característica de la costa norte de Portugal.

Poco tiempo después regresamos a Moledo para pasar un rato en la playa, y decidimos ir hacia la parte sur ya que normalmente hay menos gente que frente al malecón.

Cuando llegamos a la playa descubrimos que las dunas habían cambiado de color porque la arena estaba cubierta de algas secándose al sol. 

 

Curiosa como soy, la siguiente vez que visitamos a nuestras vecinas, Doña Lourdes y Doña Elena, les pregunté si sabían qué estaban haciendo con las algas y para qué se usaban. A Doña Lourdes le dio mucho gusto que le preguntara, y a mi me encantó todo lo que me platicó.
 
Espero no olvidar algún detalle importante o contar algo al revés de como es (fue mucho lo que me platicó, jeje), pero aquí les dejo un resumen de todo lo que aprendí:

Resulta que el sargazo se utiliza como fertilizante por los campesinos de la zona, aunque Doña Lourdes, por la edad que tiene, prefiere encargar algunos costales de sargazo para abonar el campo donde cultiva papas.
Pero cuando ella era joven parte de las labores agrícolas incluía ir a buscar sargazo a la costa, secarlo y depués llevarlo hasta casa para almacenarlo hasta la primavera.
 
Al igual que muchas familias de la zona, los padres de Doña Lourdes no tenían tierras propias para cultivar los alimentos que necesitaban para su familia y sus animales (vacas, gallinas, conejos, en algunos años incluso un cerdo). Por este motivo alquilaban terrenos de la familia de terratenientes del pueblo.

Obviamente que los terratenientes reservaban los mejores campos para los cultivos propios y alquilaban los terrenos menos fértiles a las familias más pobres. El pago de la renta se hacía con una parte de la cosecha; ya se imaginarán que los años que la cosecha era mala se las veían negras... Por lo mismo era necesario abonar los campos para asegurar los alimentos para el invierno y la semillas para el siguiente año; el sagazo tiene la ventaja que es un regalo de la naturaleza.

Para ir a recoger el sargazo, la gente caminaba desde Venade hasta la Foz do Minho, un recorrido de  casi seis kilómetros.
 
[Más adelante está un texto que describe con detalle el proceso de recolección del sargazo, tarea ardua que dependía del estado del tiempo y de las mareas.]

Una vez seco el sargazo, lo transportaban hasta Venade con un carro jalado por vacas.
 
Doña Lourdes también mencióno que cuando estaban recolectando las algas comían unas pequeñas bayas blancas para apagar la sed. Estas crecen en un matorral llamado Camarinha, (que pueden ver en la foto a la derecha) y que es endémico de la zona de dunas de Moledo y Caminha.

En varias ocasiones Doña Lourdes me ha comentado que antes la vida era muy dura, con mucho trabajo y muchas carencias, pero que también era una época de mucha solidaridad y alegría ya que la gente acostumbraba realizar las faenas en grupo, acompañando las tareas con canciones.
Algunos días después de esta plática fuimos a un día de campo con otros amigos; el punto de encuentro fue junto a la iglesia de Santa Luzía, en Viana do Castelo. (Nota: Vale la pena buscarla en internet, es un réplica del Sagrado Corazón de París y se encuentra en la cima de una montaña con unas vistas increíbles sobre Viana, el Atlántico y el río Lima).
 
Con un día espectacular decidimos ir a tomar el café de la tarde a la playa Norte de Viana. Íbamos caminando por el malecón cuando una de nuestras amigas, Doña Beatriz, quien ya está en su octava década de vida, comenzó a recordar cuando de joven venía a recolectar sargazo justo a esa zona de la costa.
 
Doña Beatriz es originaria de Anha, aldea que se encuentra a unos ocho kilómetros de la playa Norte. Para llegar a la orilla del mar al amanecer y comenzar con el trabajo de recolección del sargazo debían levantarse poco después de las cuatro de la mañana.

Cuando estaba en casa, normalmente comían sopa y pan  aunque los días que iban a la playa era un poco diferente. En no pocas ocasiones llevaron solamente un trozo de broa, un pan de centeno y maíz. Otras veces tenían la suerte de que su madre les diera una sardina asada envuelta en una hoja de col o unas cuantas papas con todo y cáscara.


Aquí les dejo este enlace a fotografías antiguas de los sargaceiros de la costa atlántica de Portugal. 

Si ponen atención en esta última fotografía, del lado derecho al fondo se puede ver la playa de Moledo en una tarde de verano. Interesante el contraste entre las tradiciones y la vida ctual, ¿no les parece?

Investigando en internet descubrí que los campesinos portugueses comenzaron a utilizar el sargazo como fertilizante por la introducción de los nuevos cultivos venidos de América, en especial la papa y el maíz. Éstos se comenzaron a cultivar en terrenos menos fértiles, por lo que requerían de abono para lograr una buena cosecha. 

También encontré esta descripción del trabajo de los sargaceiros en Moledo:

Del 15 de junio al 15 de noviembre, las arenas de la playa sur de Moledo se cubren de esteras y montículos oscuros mientras un fuerte olor a yodo flota en el aire. 

Se trata del sargazo, o "argaço", como lo llaman los habitantes de Moledo y se compone de varias algas conocidas por los sargaceiros con los nombres de "verdelho", "pespelho", "carocha", "crespelho" o "musgo".

Su recolección requiere, antes que nada, una licencia concedida por la Capitanía del Puerto de Caminha. Después, en mayo o a principios de junio, la playa se divide en secciones de diez por 50 metros, que se sortean entre los recolectores, estando cada sección o lote delimitada por estacas. Los mejores meses para la recolección son los de verano, especialmente julio.

En el pasado, para recoger las algas se utilizaba el "redenho", que consistía en un mango de madera con un medio arco de hierro en el extremo, al que se sujetaba una bolsa de red. El sargaceiro colocaba el redenho en su lado derecho y lo sostenía con ambas manos, la izquierda más cerca del arco y el brazo derecho doblado en el codo. Entraba en el agua con el redenho y lo manejaba con amplios movimientos, acercándolo hasta el fondo y levantándolo cuando estaba lleno de sargazos. Luego lo arrastraba hasta la playa, a veces siendo ayudado en esta difícil labor.

En la actualidad, los recolectores esperan a que el sargazo sea arrojado por el mar a la playa y después lo arrastran para apilarlo en la arena húmeda, fuera del alcance de las olas. 

Más tarde, con la ayuda de una especie de rastrillo con cuatro dientes de hierro (el "despedouro"), se carga en un tipo de canasta que se lleva en brazos hasta las dunas donde se apila el sargazo. Para obtener las mejores condiciones de secado se distribuye en una ligera capa sobre la arena del campo. Para este trabajo se utiliza un rastrillo con mayor número de dientes que en el "despedouro". Cuando está seco, el sargazo se lleva en tractor a las casas de los agricultores. 

Antiguamente se almacenaba en las casas de sargazo (las "cubiertas") cerca de la playa de Moledo, construcciones que han desaparecido con el tiempo.

Las aplicaciones actuales de las algas son como abono natural para los campos de papas y como materia prima para la industria farmacéutica y cosmética. Las algas de Moledo se exportan hasta Japón.

En lo personal me encantó este testimonio, que me recuerda mucho a lo que me platicaron Doña Lourdes y Doña Beatriz:

"Era increíble la cantidad de gente que andaba por aquí. ¿Crees que el sargazo solía dar a la playa como lo hace ahora? De ninguna manera, no había nada. Los sargaceiros tenían que entrar al mar y sacarlo a tierra con el "redenho". No era fácil porque era pesado y tenían que arrastrarlo hasta la playa. Luego se cargaba en carros tirados por vacas y era transportado por los agricultores."

"Este es un abono maravilloso en todos los sentidos. Primero porque no perjudica a la salud, y luego porque te obliga a hacer gimnasia al recogerlo. Y hay otra cosa: recoger algas del mar es muy bueno para las manos porque el agua salada tiene mucho yodo, y es muy buena para los huesos. Y lo que es más, no te gastas nada de dinero porque Dios te lo da gratis.
"

 Información obtenida de las páginas

 https://www.sargassum.acer-pt.org/sobre.html

https://jornalc.pt/apanha-argaco-uma-cultura-com-seculos-historia/?v=35357b9c8fe4

 

 


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